
La encuesta realizada por CID-Gallup y presentada por la Fundación Libertad y Desarrollo, ofrece datos bastante reveladores y alarmantes- ¿cuál es el principal problema del país? y ¿Podrá acaso, el candidato triunfador, superar tal crisis de confianza?
Por: J. Fernando García Molina / PlazaOpinionPi@gmail.com
Pero quizá,
solo quizá, pocos advirtieron algo que me parece de la mayor importancia. La
primera pregunta –de la parte del estudio presentada al público— fue ¿cuál es el principal problema del país?
Las respuestas se refieren principalmente a inseguridad, corrupción y falta de
empleo.
El reporte no lo indica así, pero al hacer esta pregunta, el entrevistador suele
presentar al entrevistado una lista de posibilidades, 13 en este caso. Creo que
tal listado, y esta es una sugerencia para el experimentado CID-Gallup, debía
incluir una opción que nunca aparece.
Gobierno el principal problema
Muchos, si
no todos, estamos convencidos de que el principal problema del país es el
Gobierno. Este y todos los anteriores gobiernos. Hemos sido muy mal gobernados.
El Gobierno, contrario a ser la solución, siempre ha sido el problema. De él
deriva la inseguridad, la corrupción, la falta de empleo, el alto costo de la
vida, la pobreza, las extorsiones, la falta de acceso al agua, el mal estado de
las carreteras…
Gatopardismo: Todo cambia, pero todo
sigue igual
Lo más grave es que si seguimos siendo gobernados de la
misma forma como siempre se ha hecho, si todo lo que cambia son las personas
que encabezan el Gobierno pero se sigue haciendo lo mismo, los problemas se
mantendrán.
En cuanto a la forma de hacer gobierno, solo un candidato hizo una propuesta
nueva. Creo que cuando lo hizo, le faltó convicción, pasión, seguridad,
ausencia de temor… Los electores no llegaron a ver las implicaciones de la
nueva forma de gobernar que él proponía.
Incluso el candidato proponente quedó fuera de la contienda, otro manotazo
abusivo de parte de los magistrados del TSE terminó con él y la plataforma que
planteaba. Las razones de los magistrados, si bien demasiado rígidas, habrían
tenido validez de no haber mantenido otra candidatura sobre la que pesan
acusaciones verdaderamente criminales y graves por múltiples cargos que incluyen
secuestro y asesinato.
Municipalismo
No sé si trasladar parte de las actuales
atribuciones del Ejecutivo a las municipalidades ofrezca los resultados que su
proponente esperaba. Por lo menos habría dudas en el corto plazo. Pero sí estoy
convencido que su propuesta permitía dar un paso adelante para salir del abandono
donde nos encontramos.
Creo, siempre he creído que lo importante es analizar, estudiar, escudriñar el
mensaje. Pero veo con preocupación que
el público elector y aun los formadores de opinión, solo se preocupan por escrutar
al mensajero. Muchas veces, si no todas, consiguen difamarlo sin haberse
enterado siquiera del mensaje.
Volviendo a la encuesta de CID-Gallup, también conviene resaltar la quinta y
sexta lámina que se refieren al perfil de los candidatos. Ninguna de las
caracterizaciones pasa de 50%. De hecho, todas, con una sola excepción, apenas
alcanzan 28%. Esto significa que los electores, en caso de una segunda vuelta,
irán a votar por candidatos en quienes tienen poca confianza.
Se trata de un dato preocupante: Solo 27.5%
(poco más que uno de cada cuatro ciudadanos) cree que Giammattei esté preparado
para gobernar. En cuanto a Torres, la situación es mucho más grave: únicamente
21.5% (poco más que uno de cada cinco) la considera capacitada para presidir el
Gobierno.
Visto de otra manera, cerca de 80% cree que Torres no está
capacitada para gobernar Guatemala y cerca de 75% piensa lo mismo de Giammattei.
Dada su importancia, habría que profundizar en esos datos de CID-Gallup. De concluir
validándolos, como a primera vista pareciera que debe ser, sería tremendo.
Los electores no estaríamos llegando a elegir nuestro futuro gobernante ni el
futuro de nuestro país, sino validando la elección de otro gobierno incompetente,
quizá tanto como los anteriores.
¿Cómo podríamos entonces superar los enormes desafíos que como país tenemos
enfrente? ¿Podrá acaso, el candidato triunfador, superar tal crisis de confianza en
los cinco meses posteriores a su triunfo en las urnas?




José Fernando García Molina, se graduó como ingeniero y economista. Ha sido columnista (columna Teorema) de los diarios Prensa Libre, Siglo Veintiuno y elPeriódico. Actualmente, coordina la revista de opinión www.opinionpi.com.